sábado, 24 de abril de 2010

No ce me perdona huna:

El disionario me ah neguado la pocivilidad de leerlo, y ce culpa por eyo. Oy, pece a mi jenio creatibo, a mi impronta, a mi celeción manífica de hideas. Parese que nada de eyo vale, más que trizte y golpeada hortografia. El destino me jugó esta mala pazada. Los disionarios me neguaron la corespondensia de mis hojos y sus letras. Metáforas como: “Havil mozca de compota”, “Dulse humus de lumbris diavética” o “Tu mano rrama, de la que ce deprenden beyos como ojas, ojas cecas, hamariyentas, casi con muzgo".

La desgrasia me a conosido. Casi como una raresa, a la que desidió sumarle mi belleza poética.


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Biografía de Martín "Tincho" Molina

Hijo de Algarabía Perez y de padre desconocido, Martín “Tincho” Molina el creador del Naturalisismo, nació en 1911 en Capitán Bermudez, en Santa Fe, Argentina. Vio la luz por primera vez en un casa de algarrobo macizo de parto natural. Martín fue hijo único, siendo así, a su vez, el menor y el mayor de la familia al mismo tiempo; además, era el hombre de la casa. Con estas características sus niñez se vio tenida de grandes responsabilidades y conflictos, por lo que nunca pudo ingresar ni a los jardines, escuela primaria o de enseñanza media.

Martín creció, y sus primeros pasos en pseudoliteratura no se hicieron esperar. Rápidamente, por sus cuentos y poesías publicados en diarios y radios de la zona, se convirtió en un meollo popular y cultural, más conocido como “Tincho” Molina, o bajo el grandilocuente apodo de “El sabio de las letras mal puestas”

“Tincho” fue, es y será uno de los primeros y únicos casos mundiales públicamente conocidos, en recibirse de Licenciado (En este caso de Filología) y no haber completados ningún tipo de estudios o enseñanzas anteriores, ni escuela primaria, ni si quiera algún semestre de jardín. Tras recibirse en Buenos Aires de licenciado en Filología con un promedio de nueve, las autoridades tomaron cuenta de su realidad institucional y, en 1930 le quitaron el diploma y la matrícula de licenciado. Así, el gran pseudoliterato argento Molina perdía su calidad académica, pero nada impediría que su arte se siga proliferando por el mundo.

Este traspié dejó grandes secuelas en la vida de Martín, además de condensar dos características muy llamativas en su formación. Se forjó así un pseudoliterato de un nivel excepcional pero con errores de ortografía muy graves. “Si estos errores ortográficos fueran aceite hirviendo, Martín estaría con quemaduras de grado 90” expresó su ex profesor de lingüística de la facultad. Sus grandes dificultades son visibles hasta en sus títulos, como por ejemplo el libro “La perdis que mencontre” donde relata una serie de cuentos sobre perdices.

Las críticas no se hicieron esperar, y de grandes personalidades como Osvaldo Bayer: “Realmente Martín Molina crea un nuevo subgénero de la literatura moderna, esto de relacionar todo, absolutamente todo con la naturaleza; pero justamente eso, la naturaleza de sus palabras se ve altamente modificada para la mierda” Otro ejemplo es Humberto Eco que también tomó partida: “Martín parece el Maradona de la literatura naturalisista, pero escribe realmente para el culo. Hacer sin H, o cenar con S, ello no ayuda en nada a la coloratura poética."

En 1939 se casó con Adelfina Stronco, una bella mujer mayor que él por veinte años. En 1940 se divorció tras enterarse que Adelfina le era altamente infiel. Martín publicó un comunicado de prensa tras el episodio: “A cido el húnico y gran amor de mi bida. Ah eya le dedicaré mi ultimo livro de poecía, en este caso rromantica: ‘Las rosas rojas y se buelben bioletas’

Martín quedará marcado por esta relación, tanto como por su mala ortografía. Tras la muerte de su madre en 1946, decide irse a vivir solo a Curuzú Cuatia. En 1947 el Estado le expropia el terreno donde vivía porque se construye la ruta Nacional Número 119. Luego volverá a la casa materna hasta morir en 1963 por la picadura de tres serpientes en simultáneo (No hay datos exactos de la especie de las bífidas).

La vida de uno de los artistas más emblemáticos de la pseudoliteratura argentina, está marcada por la desidia y el dolor, la injusticia y el no terminar de acomodarse del todo en la sociedad. El padre del Naturalisismo Literario nos dejó grandes incógnitas en cuanto a su vida, como la de un padre realmente inexistente, los grandes problemas ortográficos, un amor de un año y luego una soledad extrema, etc. Seguramente el tiempo podrá acercarnos más certezas de la vida de Martín “Tincho” Molina.

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Carta: "No ce me perdona huna"